viernes, enero 06, 2012

El símbolo de Ying Yang, como el Taoísmo, puede ser difícil de comprender para los occidentales, ya que la filosofía occidental tiene su base en la dualidad platónica. En nuestro sistema dualístico existe el bien y el mal, lo correcto y lo equivocado, lo izquierdo y lo derecho, el cielo y el infierno, Jesús y Satanás. Por lo tanto, al discutir la filosofía, los occidentales tienden a separar las cosas con un "o". Algo es o bueno o malvado. O moral o inmoral.
La filosofía oriental en su conjunto no es dualística. No hay Dios supremo, ni ningún mal final. Es un punto de vista mucho más orgánico del universo.

El Ying Yang no representa el bien y el mal. Un oriental nos diría que demasiada oscuridad es enceguecedora, pero lo mismo pasa si hay demasiada luz. Sin embargo, no interpretaría esto como ambigüedad moral, ya que no asocian la luz y la oscuridad con el bien y el mal. De hecho, en la filosofía oriental, el color blanco es la representación del mal, puesto que el blanco representa el vacío. Pero el blanco es también el color de la pureza, lo que es consistente con la naturaleza orgánica de la filosofía oriental.
La luz y la oscuridad del Ying Yang representan lo masculino y lo femenino. La luz es lo masculino, que representa la razón, la lógica, la inteligencia, la acción, y la frialdad descorazonada. La oscuridad es lo femenino, que representa las pasiones, las emociones, la sabiduría, la inacción, y la rabia. El Ying Yang representa la armonía ideal entre los dos, que es un equilibrio completo entre su luz masculina y su oscuridad femenina.