lunes, septiembre 03, 2012

Aunque duela se aprende, estoy orgullosa de la decisión que tomé. Si uno no se arriesga no se sabe que hubiese podido pasar y yo personalmente prefiero hablar sabiendo que pasó porque hice eso, no que hubiese pasado si lo hacía. No digo que haya terminado nada, porque así no es y claro está. Pero que me tomo de diferente manera y hasta puedo llegar a decir de manera más madura las cosas.
Vuelvo a repetir que es una de las pocas veces que me siento orgullosa de mi, y me encanta. Aunque sea la segunda vez con el mismo tema que haya tenido un resultado inesperado quiero decir que las dos veces me sentí orgullosa de lo bien planteado que tenía todo lo que quería y lo dije. Porque si no lo decía yo no lo iba a decir nadie.

Aprendí que si no es por mi, nadie va a hacer lo que yo no pueda. 
Aprendí que las personas que están a tu alrededor son las que tienen que estar, que vuelven las que tienen que volver y están los que gracias a Dios están al lado mío. 
Aprendí que si no te arriesgas, no sabés de que te perdés.